sábado, 1 de diciembre de 2012

"SIEMPRE NOS QUEDARÁ PARÍS..."



Llevo en mente esta entrada desde hace algunos días...y si bien es cierto que ya no es propicia a la fecha, no quiero dejarla pasar pues es una película que adoro. Hace algunos días, el 26 de noviembre para ser exactos, se recordaba un aniversario más de este gran clásico, y tan solo ayer por la noche la volvía a ver y a llorar cual Magdalena como si fuera la primera vez.
Cuando se habla de un clásico tan grande como Casablanca, son muchas las escenas, personajes y líneas de diálogo que vienen a mi cabeza. escenas como las de la "batalla" de canciones entre los asistentes alemanes y franceses al bar de Rick; imágenes como las del pianista Sam, animando las noches con sus melodías; o las de Rick e Ilsa mirándose con ese amor agonizante en la pista de despegue donde han de separarse...
Y si hablamos de líneas de diálogo, pues hablamos realmente de palabras mayores. Cómo no repetir cada vez que uno conoce a alguien interesante "Loui, creo que este es el inicio de una gran amistad". Y cómo olvidar otras frases como: "Tócala de nuevo, Sam", " Agarre a los sospechosos de siempre", "As time Goes By", y esa tan conocida e inherente a todo amor imposible: "Siempre nos quedará París"...Y todo esto porque se trata tal vez no del primero, pero sí del más célebre triángulo amoroso de la historia del cine; aunque fue concebida como una cinta bélica para alimentar el patriotismo estadounidense en plena Segunda Guerra Mundial, es una historia llena de ideales, heroísmo, pero sobre todo de profundo romanticismo.
Voy a tratar de resumir su argumento sin empobrecer la trama para aquellos que aún no la hayan visto.
"Casablanca" se desarrolla en plena Segunda Guerra Mundial, en Marruecos, en un lugar que lleva el nombre del título, una zona neutral, aunque hasta cierto punto controlada por los franceses de Vichy, seguidor de los Nazis. Ese territorio es punto de encuentro de cientos de refugiados y exiliados que escapando de los diversos países europeos ocupados por Hitler, esperan encontrar una forma de emigrar a Estados Unidos y a su libertad.
En medio de tal caos funciona "El Café de Rick" un bar regentado por un americano exiliado de Francia, Rick Blane, quien se dice neutral en todo el conflicto; un hombre cargado de cinismo que pretende vivir dedicado a administrar su bar en esa especie de limbo que es Casablanca. Para su mala suerte, una de esas noches, aparece en el bar Ilsa Lund, quien fuera su amada en París, pero que lo abandonó sin dar mayor explicación. Ilsa es una mujer que ha puesto su vida, sin querer, en una tremenda encrucijada, pues ella está casada con un rebelde Checo, y aunque tuvo un amorío con Rick en París creyendo a su esposo muerto, su razón le pide apoyar los enormes ideales de su esposo, pero su corazón le dice que lo mejor es seguir a quien realmente ama.
Cuando se encuentran en el bar Ilsa está acompañada de su esposo Victor Laszlo, el lider rebelde Checo y que tiene en mente una sola cosa: rebelarse contra la tiranía Nazi, viviendo al margen del peligro que corre su matrimonio.
La situación, el meollo del asunto es que el amor entre Ilsa y Rick renace. Para Rick la reaparición de Ilsa, su gran amor perdido, hace que muchas cosas recrudezcan en su espíritu. En cuanto a Ilsa, como a la mayoría de las féminas, se le hace un mundo decidir entre su razón y su corazón, y sufre, porque como a la mayoría de las féminas, su corazón está por delante...
Los innumerables detalles adicionales son para descubrir y gozar mirando esta gran película.
Y no sigo porque empiezo a ponerme demasiado sentimental, por ello me despido con una de las frases de la película que en mi humilde opinión encierra el sentimiento (aunque imposible) de un amor verdadero: "De todos los bares en todos los pueblos en todo el mundo, ella entra en el mío"....