miércoles, 1 de febrero de 2012

Celoso...yo?


En todo tiempo los celos han dado origen a innumerables enfrentamientos, los duelos por el honor o el amor de una dama resultaba tan romántico, para una mujer era una gran honor que dos caballeros se enfrentaran por su amor. Y aunque ahora la manera de enfrentarlos ha cambiado, no hay duda que siguen impregnados de romanticismo. Los celos han sido y son casi siempre la respuesta a un corazón dudoso. Jane lo sabía y para muestra un botón:
Emma, nuestra celosa y criticona heroína Austen, no solo es celosa y criticona, algo que todas las mujeres compartimos en mayor o menor grado. Está llena de defectos pero es auténtica, sin temor de caerle mal a nadie..."voy a coger una heroína que, excepto a mí, no gustará mucho" nos advirtió Jane en su momento.
Y que mejor manera de hacerla aún más auténtica que provocarle un ataque de celos a la protagonista, que sólo entonces reconoce sus sentimientos románticos por su mejor amigo...¿Qué habría sido de Mr. Knightley si Emma no hubiese sentido celos por él? Seguro andaría aún dandole sermones y esperando pacientemente que deje su labor de celestina y se decida a fijarse en él...

Sucede a menudo que en ocasiones solo somos capaces de darnos cuenta de nuestros sentimientos cuando Cupido agudiza el sentido de la posesión y nos dejamos invadir por un sentimiento de codicia hacia el ser querido en la creencia de que nos pertenece en cuerpo y alma. A veces es también el miedo a perder al amado en brazos de un tercero y este miedo se cuela por las fisuras del corazón, y en los asuntos de este, no queremos a nadie por socio, Los celos serían entonces uno de esos mil rostros que adopta el amor sin nuestro consentimiento. 
Los hay fundados o infundados, y pueden acechar a cualquiera, pero no todo el mundo sabe dosificar su efervescencia. Un temperamento apasionado _como el mío_no concibe el amor sin ellos y sucumbe a su embrujo de una forma visceral, mientras que los de talante frío invocan a la razón para no caer en lo que consideran una bajeza.
Dicen las malas lenguas que no hay nada más aterrador que una mujer celosa. Que cuando nos clavan el aguijón de la desconfianza somos capaces de cualquier cosa. No lo niego, algunas veces podemos llegar a ser verdaderamente atemorizantes. Lo que nadie nunca dijo, y en especial los hombres, es que ellos también pueden convertirse en un pequeño dolor de cabeza o una pesadilla a lo Elm Street hecha realidad cuando son presa de los celos. Ese horrible aguijón (que no es otra cosa que el miedo de perder a nuestra pareja) que se clava en la boca del estómago e invade nuestros sentidos como una poción maléfica y hace que perdamos el sentido de la realidad y, algunas veces, el control de nosotros mismos, no tiene exclusividad de género.
Ahora bien, si les preguntamos si son celosos nos dirán...¿celoso yo??....por favor, que absurdo!!!
Y por si fuera poco, se ofenden como si les hubieran acusado de ser un terrorista internacional.

¿Por qué ellos tendrían que ser inmunes a la celotipia?incluso a los celos inofensivos?, ¿los niños hombres son vacunados contra los celos al nacer?, ¿están genéticamente programados para bloquear ciertas emociones?, ¿tiene la testosterona el poder de eliminar cualquier demostración de fragilidad?, ¿aceptar ser celosos tiene el poder debilitador de la kriptonita?

¡Yo no soy celoso! si alguna vez he tenido celos, los he dominado de manera inteligente...No soy de tener celos enfermizos y dañinos...Pero si alguien se te acerca, puedes darle la dirección donde conseguir una silla de ruedas....¡Por favor!!! son celosos profesionales graduados con honores y máster en espionaje y delincuencia...

Y por si fuera poco, muy pocos han admitido sentir o haber sentido celos por iniciativa propia, hemos tenido que sacarle en trocitos la verdad. Es más, cuando alguien les toca el tema son muy hábiles para voltearnos la tortilla y decir que ellas (nosotras) somos las coquetas que los provocamos o que tal o cuál es un pobre tonto queriendo dárselas de vivito, o peor aún, si el tipo que provoca los celos está bastante guapo, seguro que es gay, pero de ahí a admitir que sienten celos, nunca, jamás, primero se mueren antes de admitirlo.

Los celos no son para ellos, no por favor. Los celos los sienten las mujeres histéricas, inseguras, locas y/o complicadas que no confían en sus novios, las mismas que están tan loquitas por ellos que les gusta hacer escándalos en público, las que les clavan las uñas en el pantalón cuando coquetean con otra, las que les propinan un codazo en el bajo vientre cada vez que voltean a ver como se menea aquella faldita. Desconfían hasta de sus mejores amigas o hermanas. La verdad es que esto puede ser cierto en algunos casos, no lo niego, pero que también se da en los hombres, es un hecho. Los celos son absolutamente Unisex.
¿Pero por qué lo niegan, por qué? y si lo admiten, ¿por qué lo minimizan?
Quizá porque les moleste caer en el ridículo social de mostrarse débiles o inseguros de su pareja, quizá por no poder expresar sus sentimientos a sus anchas por ser considerados una señal de debilidad, quizá por ser considerados objeto de burla de sus amigotes por tener emociones habitualmente adjudicadas a las mujeres, quizá por hacer notar la desigualdad existente dentro de la pareja donde dominante y dominado pasa a ser dominante y pisado. Una mujer pisada es toda una dama, un hombre pisado es un bobo, un pusilánime que no merece pertenecer al clan de la hombría, justo ahora, en tiempos en los que el hombre es el parangón de la fuerza, y nosotras somos las tiernas y débiles mujercitas...

Existe una delgada línea entre los celos normales, que hasta resultan un aliciente para la relación porque de alguna manera le haces saber a tu pareja que es atractiva y que te importa, y la celotipia. Yo me inclino por los primeros...
Los celos forman parte de un juego sensual de halagos mutuos; nos enorgullece despertar ese sentimiento en el ser querido, a quien devolvemos el cumplido con las mismas.
Ciertamente a nosotras las mujeres nos gusta que los hombres marquen su territorio de vez en cuando, no lo vamos a negar. ¿A qué mujer no le gusta que su pareja sienta celos de ella? la que diga que no, puede dejar de leerme en este mismo momento...Así mismo le sucede a los hombres. Les gusta sentirse admirados y orgullosos de si mismos cual macho Alpha., pero rara vez lo admitirán y a decir verdad no saben lo que pierden.

¿Solución? Creo que sí la hay, por lo menos un atisbo. Seamos honestos, empezando por mí...Soy celosa, si; pero no por desconfianza ni falta de seguridad en mí misma sino por codicia, por completo egoísmo... Y creo que muy pocas cosas son tan placenteras que sentir y hacer sentir a nuestro ser amado que nos gusta y que nos interesa y que somos objeto del mismo sentimiento por parte de él.

En fin, me voy de vacaciones por unos días, en breve volveré recargada aún más de energía, y estoy segura que en mi ausencia mis queridas lectoras y en especial los caballeros de mi saloncito, añadirán el punto preciso de sal y pimienta en sus relaciones, la cantidad necesaria de gotas para un afrodisíaco perfecto. No provocando celos innecesarios, disparatados que exaltan la imaginación para estimular el interés del otro, no,eso no!, sino siendo honestos con ellos mismos y con la persona que aman, sin dobles identidades ni arquetipo de superhéroe.
Caballeros, sean más honestos, no teman decirle a la Dama que aman que tienen celos, que temen perderla. Recuerden que la confianza mitiga el deseo y el temor aviva sus llamas.... Estoy de acuerdo que exagerar mata una relación pero en pequeñas dosis es un aliciente para el amor. Su Dama se los agradecerá y de seguro la harán muy feliz.

Propiedad Privada

Para que sepan todas
que tu me perteneces

con sangre de mis venas
te marcaré la frente
Para que te respeten
aún con la mirada
y sepan que tú eres
mi propiedad privada.


Que no se atreva nadie
a mirarte con ansias
y que conserven todas
respetable distancia


Porque mi pobre alma
se retuerce de celos
y no quiero que nadie
respire de tu aliento.


Porque siendo tu dueña
no me importa más nada
quererte solo mío
mi propiedad privada
quererte solo mío

mi propiedad privada.

(Himno musical criollo para toda mujer peruana celosa que se respete) :)

Este es un tema muy popular aquí en Perù, no existe un rincón en mi país que no se haya escuchado este vals inmortalizado por Luchita Reyes La Morena de Oro...ahora también lo cantan pero ninguna le pone el sentimiento tan criollo que solo ella le ponía..